martes, 15 de diciembre de 2009

La venadita de Piedad Bonnett




De pura lástima y puro amor yo te regalaría mi cuerpo, venadita.
¡Yo, que envidio el relámpago nocturno de tus cejas,
tus manos con anillos,
la voz india,
y tu cuello altanero de mestiza!
A ti que te dio Dios todo a montones, incluido el dolor
y ante todo el dolor
yo te daría,
si fuera Dios, un cofre con huesitos
de plata mexicana
y un pie de oro. Y limpiaría, con mi mano eterna
las llagas de tu alma, venadita.
Te pediría a cambio todo el amor que te sobró en el cuerpo,
y un retrato vibrante de colores.


Piedad Bonnett
Colombia (1951)


Este poema es un canto, un homenaje a la pintora mexicana Frida Kahlo, que tuvo una vida en donde el sufrimiento físico, emocional y espiritual le sirvió para construir una capacidad pictórica impresionante que nos llega a lo más profundo de nuestro ser. La protagonista de las pinturas de Frida Kahlo siempre era ella, ella en su terrible soledad, dolor, abandono. También aparecen algunos miembros de su familia.

El poema se crea a través de la pintura de La Venadita, pintura en donde se presenta a la pintora con un cuerpo de una venada, y su cuerpo está atravezado por varias flechas y la más grande está cerca de su corazón hecho que es reiterativo en sus pinturas, como su columna fracturada.

El rostro de Frida aparece inmutable, siempre estoico soportando los embates de la vida. En la pintura y en el poema que hace el papel de una exaltación hay una trasposición del cuerpo, cuerpo que no tiene Frida, es por eso que debe buscar otros o pintarlos. El sujeto poético tiene una intención de darle un cuerpo y así tratar de aliviar el sufrimiento que le ha tocado sentir a lo largo de su vida.


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